Es la persona que ejecuta una labor de intermediación entre las compañías de seguros y los clientes que requieren servicios de protección mediante una póliza de seguros.

Es la persona  designada por el asegurado para recibir los beneficios y compensaciones a que hubiese lugar, producto de la reclamación a una póliza de seguros. Puede ser en varios casos, el mismo tomador de la póliza, como es el caso de los seguros de daños.

Es la relación jurídica de un trabajador y el sistema de pensiones que origina los derechos y obligaciones que la ley establece, en especial, el derecho a las prestaciones asistenciales y económicas.

Es la cobertura de todos aquellos eventos a través de los cuales, la aseguradora se hace responsable de cubrir y compensar, en caso de materializarse el riesgo.

Se entiende como accidente al acontecimiento inesperado, repentino e involuntario que pueda ser causa de daños a las personas o a las cosas independientemente de su voluntad.

Es la cantidad de la pérdida (valor) que asume el asegurado en caso de realizar una reclamación. Esta cantidad puede ser un valor fijo, un porcentaje de la pérdida o un porcentaje del valor asegurado.

La función principal del deducible, es la de hacer copartícipe del riesgo al asegurado y evitar que cambie su comportamiento al contar con un seguro. Por ejemplo, conducir temerariamente o descuidar su vehículo. El deducible puede ser negociado entre las personas y las aseguradoras. 

Son los pagos que realizan las aseguradoras a los asegurados a consecuencia de pérdidas o daños a sus bienes o a sus personas.   Esta indemnización se puede realizar ya sea a través de dinero o mediante la reposición de los bienes dañados por otros de las mismas características o condiciones. Esto es muy claro en el seguro de automóviles en donde la práctica es normalmente la reparación de los daños en los talleres con los que operan las aseguradoras y el asegurado no recibe ninguna cantidad de dinero por estos daños.

Apropiación de una cosa ajena, con ánimo de lucro, sin emplear fuerza en las cosas, ni violencia o intimidación en las personas, características estas que le distinguen del robo.

Lo más importante es reportar el hurto de su vehículo a las autoridades pertinentes y a la aseguradora. Recomendamos que se lleve a cabo una denuncia ante la Policía Nacional, mediante las diferentes inspecciones autorizadas para tal efecto.

Es también conveniente, instaurar la misma denuncia en la Policía Judicial. Para que el proceso se desarrolle más fácilmente, le recomendamos tener a la mano la siguiente información:

• Placa del vehículo
• Número de motor
• Número de chasis
• Cédula de ciudadanía del propietario
• Una descripción de cómo transcurrieron los hechos, que incluya la fecha y hora del hurto
• Los números de motor y chasis no son fáciles de recordar, por ello, aconsejamos tener en casa una copia de su tarjeta de propiedad.

Es un evento inesperado e imprevisto desde el punto de vista del asegurado que causa lesiones corporales o daños materiales a terceros que surgen de la propiedad, el mantenimiento o el uso de un automóvil.